MIGUEL OLIVO SAVIÑÓN GUERRERO, HEROE DEL 14 DE JUNIO DEL 1959
(Relatos de su hermana Sonia Saviñón de Sánchez)
Miguel Olivo Saviñón Guerrero nació el 24 de septiembre del año 1938, en esta ciudad de La Romana, hijo de los esposos Miguel A. Saviñon Morel y María Elisa Guerrero, quienes procrearon cuatro hijos, Graciela, Miguelín, Homero y Sonia. También fueron sus hermanos César, Reina y Patricia.
Hizo sus estudios primarios y secundarios en su pueblo natal. Tuvo una infancia y adolescencia feliz, como la de cualquier otro muchacho de la época. Por su carácter alegre y amistoso fueron muchos sus amigos, con los que compartía en todo lo que fueran actividades deportivas. Sus amigos lo recuerdan como un joven sociable, amigable, pero sobre todo muy solidario. Ese sentimiento de solidaridad fue determinante en su vida, llevándolo a ofrendarla en pro de la libertad de sus compatriotas.
Al graduarse de bachiller se traslada a Puerto Rico a continuar sus estudios en el Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas de la ciudad de Mayagüez. En esa isla contrae matrimonio y es allí donde nace en el mes de noviembre de 1958 su única hija, Nancy Jacqueline, tristemente fallecida.
Su último viaje de vacaciones a la República Dominicana fue en agosto de 1958 . Ya de regreso a Puerto Rico inicia sus actividades revolucionarias y se integra al movimiento que se estaba gestando para organizar una invasión al país. Para ese entonces Miguelín contaba con apenas veinte años de edad. Fue una sorpresa enterarse de su participación en la invasión, ya que la familia era ajena a cualquier tipo de actividad política. Es posible que al llegar a Puerto Rico, en donde se respiraba un ambiente de democracia, donde se criticaba a los políticos libremente, terminara comparando lo que allí encontró con el régimen dictatorial de su país y esto le causara en su mente joven e inteligente un efecto de conmoción, y deseara lo mismo para su patria. Esta pudo haber sido una de las causas que lo entusiasmaron a querer venir en la invasión.
Miguelín tenía muy claro a lo que venía y a lo que se exponía.
Dice Mayobanex Vargas en su libro “Testimonio Histórico Junio 1959” en su página 21 , y cito:
“A mediados de mayo, llegaron los últimos tres compañeros al campamento. Ellos eran, Federico Larancuent, Henry Ramírez y Miguel Saviñón (Miguelin). A éste último me acerqué preguntándole por qué se habían acercado tan tarde a nosotros, ya que para prepararse para la guerra de guerrillas era mucho el tiempo que se necesitaba de entrenamiento.
Me contestó preguntándome:
–Cuanto tiempo tienes tú aquí?
Le contesté que dos meses y días y él agregó de inmediato:
— Yo estoy consciente de lo que tú me estás diciendo… a nosotros nadie nos salva. Todos vamos a morir, por eso me da lo mismo estar listo para la guerra o no estarlo, como quiera soy un muerto.”
Esas son frases que jamás olvidaré en mi vida. Las llevo grabadas en mi mente como una reliquia inolvidable. Todavía me acuerdo de Miguelîn y me engranojo. Tengo a ese compañero como ejemplo para mis hijos.
Continua Mayobanex:
“Quisiera que si algún día se da el caso, si un hijo mío me dice: “Papá yo se que voy a morir por la causa de mi país, pero aun así me voy” yo me sentiría un padre satisfecho de haber tenido un hijo que siguió mis ideales y adoptó una actitud como la de Miguelín y sus compañeros.” (Fin de la cita).
Hoy, no quiero preguntarme por qué y si valió la pena su sacrificio, solo quiero recordar y que sus amigos recuerden los momentos felices del poco tiempo compartido con él.
MIguelin ,vino por mar y sus restos fueron exhumado en los primeros días de Febrero del 1962, uno de los primeros en ser encontrado. El mismo campesino que los enterró a él y a Grillito, condujo al grupo, que buscaba en las lomas, los restos de los combatientes.
Ellos fueron ejecutados en el mismo lugar. La familia supo la noticia oficialmente, el 24 de marzo del 1962.
Sus restos reposan en el monumento a los Héroes de Constanza, Maimón y Estero Hondo, en Santo Domingo.
Pocos recuerdos, una vida muy corta…
Descanse en paz.